lunes, 4 de octubre de 2010

NUEVO ESPACIO PARA LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL



Los internos del Centro de Educación y Trabajo (CET) de Calama valoran la oportunidad de capacitarse y aprender un oficio que brindará la nueva sala de computación inaugurada en el recinto, lo que les abre nuevas oportunidades de reinserción.

La población penal del CET “Ojo de Opache” recibió equipamiento para una sala de informática, en un total de seis equipos, lo que les permitirá incorporar nuevas tecnologías en sus competencias laborales, en un importante apoyo para su proceso de inserción social.

Las aulas fueron financiadas mediante un proyecto de responsabilidad social empresarial impulsado por Minera el Abra en conjunto con Gendarmería de Chile, considerando además un curso para aprender a operar los computadores y funciones básicas en el manejo de un sistema operativo.

El director regional, inspector René Salcedo señaló que “todos estos esfuerzos y avances que se materializan en esta sala multiuso van en pos de la reinserción social de quienes han cometido delito, con aportes que serán de gran utilidad para el desarrollo del centro. Con estas nuevas instalaciones brindamos un espacio de desarrollo a los internos trabajadores, para que se sientan apoyados por Gendarmería y también por la sociedad, desde la generosidad de la Gran Minería”.

En tanto Yuri Rojo, gerente de la minera, dijo que “nuestro compromiso como empresa está en la región y sabemos que este aporte de alguna manera servirá para que otras empresas colaboren en este emotivo proyecto de reinserción”.

Los costos del proyecto equivalen a un monto de 2 millones de pesos donados por Minera el Abra, y otro millón aportado por el CET, los cuales contemplaron los diferentes arreglos e implementación de la sala, además de la contratación de un profesor de informática, el cual impartirá un curso de alfabetización digital, con 40 horas de capacitación a los internos.

Recuperar un futuro en reclusión

Los internos que acceden al CET tienen posibilidades de trabajo remunerado, esto mediante talleres de producción y capacitación, en una amplia gama de rubros productivos, siendo seleccionados por cumplir un perfil de buen comportamiento y características psicosociales.

“Para alguien como nosotros tener la oportunidad de aprender cosas, contar con alternativas es algo que no se puede desvalorar, aprendimos oficios cada día y eso será impagable cuando salgamos nuevamente a la calle”, explicó Camilo Varas, usuario del centro.

Pese a los delitos que cometieron, los internos esperan pagar con sus condenas el daño ocasionado y ser perdonados por sus familias y las víctimas, en una oportunidad de reinsertarse y volverse útiles a la sociedad.